Avances del Diagnóstico socioambiental de los pueblos indígenas de la Amazonia colombiana – Reseña
Con el objetivo de conocer el estado actual de los pueblos indígenas de la Amazonia colombiana en cada una de las 4 subregiones de la Amazonia (Occidental, Noroccidental, Nororiental y Sur) el Instituto Sinchi adelanta un diagnóstico de los procesos de poblamiento indígena, la situación de derechos humanos y el estado de conservación de los bosques en los resguardos indígenas de la Amazonia, mediante la recopilación de fuentes de información recientes como el Censo 2018, donde el país reportó información inédita sobre los indígenas en la Amazonia, que permite, entre otros análisis, producir información novedosa sobre los procesos migratorios de indígenas no amazónicos a la Amazonia, sus asentamientos, y los esfuerzos de establecerse en el territorio con estrategias de gobierno propio que encaminan para obtener el reconocimiento del Estado y las autoridades locales, y la convivencia de los pueblos originarios que les han visto llegar en las últimas décadas para sumarse al crisol multicultural que se manifiesta en la región. Así mismo, el diagnóstico busca conocer la situación actual e histórica (desde 1985) de las violaciones y vulneraciones de derechos que han sufrido los pueblos indígenas amazónicos hasta el 2021, con análisis comparativos entre subregiones, y explora la información sobre el estado actual de conservación de los bosques en los resguardos indígenas, a la vez que un compara estos datos con el avance del anillo de poblamiento sobre estos.
La información del pasado Censo 2018, contrastada con la información de muchas fuentes distintas tanto privadas como públicas, permite al diagnóstico explorar la situación de derechos humanos y las vulneraciones de las que han sido víctimas los indígenas de la Amazonía desde 1985, donde aparecen los primeros registros de víctimas indígenas publicados por la Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas – UARIV. Otras fuentes consultadas fueron los registros de deforestación del Instituto Sinchi entre 2002, el 2012 y 2020 en resguardos y ver uno a uno las tasas de pérdida de bosques y los cambios en el uso del suelo, comparado con los avances del anillo de poblamiento en los puntos más críticos.
La Amazonia colombiana congrega una extraordinaria diversidad biológica y cultural entretejida en una compleja y dinámica red de interacciones socioecológicas que da lugar a multiplicidad de prácticas y procesos de gobernanza ambiental, donde los pueblos indígenas juegan un rol fundamental para la protección, conservación y manejo cultural del territorio. La región, con una una superficie de 48’316.300 hectáreas equivalente al 42,3 % del territorio continental colombiano, es hogar de 1’289.612 personas (aproximadamente el 2,6% del total de la población nacional), de las cuales 47,63 % viven en las cabeceras municipales (614.246) y el 52,37 % en resto rural (675.366), incluyendo centros poblados y zonas rurales dispersas (DANE, 2018).
La Amazonia colombiana está poblada por pueblos indígenas, colono-campesinos y afrodescendientes de diversa raigambre social que habitan el piedemonte andino, las planicies de la altillanura en sus límites con la Orinoquia y las densas selvas que hacen parte de la gran Panamazonia, muchos en ciudades en constante crecimiento impulsadas por distintas oleadas y “booms” de desarrollo, y otros en los campos y bosques tropicales donde viven tradiciones que expresan la inmensa diversidad humana de decenas de pueblos y lenguas que han sobrevivido allí por milenios. Esta pluralidad de actores apropia y organiza el espacio de numerosas formas, constituyendo múltiples territorialidades en donde manifiestan su identidad y desarrollan sus medios de vida, y construyen y transmiten sus saberes para la gestión, uso y protección de recursos comunes como el agua, el bosque, y la flora y fauna silvestres.
En la región amazónica colombiana existen alrededor de 61 Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI) (Ministerio del Interior, 2020), 212 resguardos que suman 25,83 millones de ha, (51% de la región), 20 Consejos Comunitarios de Comunidades Negras, 3 Zonas de Reserva Campesina que abarcan 580.172 hectáreas (1,2% de la Amazonia), miles de veredas con sus respectivas Juntas de Acción Comunal, y numerosos centros urbanos y centros poblados con fuertes dinámicas de crecimiento impulsadas por el avance del anillo de poblamiento sobre la región. Tan sólo en Colombia, el DANE reporta la presencia de indígenas de 93 pueblos que habitan en alguno de los municipios o Áreas no Municipalizadas de la Amazonía, la mayoría de tradición y herencia cultural amazónica, pero muchos otros provenientes de zonas costeras o de las montañas andinas, y de tan lejos como La Guajira y la Sierra Nevada de Santa Marta; indígenas de todo el país, motivados por distintos intereses, algunos migrando en familias numerosas, otros individualmente, tienen hoy su hogar en la Amazonia, donde buscan las mismas oportunidades que han atraído a la población colona desde hace más de un siglo, y configuran la gran diversidad humana amazónica.
La información del pasado Censo 2018, contrastada con la información de muchas fuentes tanto privadas como públicas, permite al diagnóstico explorar la situación de derechos humanos y las vulneraciones de las que han sido víctimas los indígenas de la Amazonia desde 1985, donde aparecen los primeros registros de víctimas indígenas publicados por la Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas – UARIV, entidad adscrita a la Presidencia de la República a cargo de efectuar la identificación de las víctimas, su inscripción en el Registro Único de Víctimas – RUV, y de liderar los procesos de reparación integral y colectiva a que tienen derecho los colombianos que han sufrido las consecuencias de las seis décadas de guerra que ha vivido el país a razón del conflicto armado y la guerra en el campo. Si bien la información que ofrece la entidad aún carece de la especificidad necesaria para identificar plenamente la pertenencia específica a un pueblo indígena y la ubicación geográfica de las víctimas en contextos de resguardo o territorios indígenas, en el diagnóstico se presentan los principales hechos victimizantes que han sufrido los indígenas de la Amazonia por departamento y algunas acciones que se han adelantado por parte del Estado para su reparación integral.
El diagnóstico considera las particularidades de los pueblos indígenas de la región en las cuatro grandes subregiones de este vasto territorio, influenciados, unos, en especial los del occidente amazónico, por el crecimiento del anillo de poblamiento, de las ciudades y centros urbanos del piedemonte andino, y las consecuencias terribles de la guerra y el narcotráfico; otros, particularmente los del norte del Amazonas, han sido presionados por el avance de la frontera agrícola sobre el bosque para el establecimiento de pastizales para ganadería, los monocultivos, la presión latifundista, la apertura de vías carreteables y la presencia histórica de grupos armados ilegales; al sur y el oriente amazónicos, indígenas que viven en dinámicas de mayor conservación de los usos y costumbres tradicionales asociados a la vida en el bosque, y que aún viven en relativo estado de armonía con la naturaleza en las áreas mejor conservadas de la selva a pesar de la violencia, el conflicto armado y el control territorial de algunos puntos estratégicos que sirven a intereses públicos, privados e ilegales, y que terminan en situaciones de vulneración a los derechos fundamentales individuales y colectivos de los indígenas.
La visibilización de la situación de los indígenas dará herramientas a las autoridades indígenas y no indígenas locales y regionales para determinar mejores medidas de protección a la población, a la vez que permitirá conocer dónde están los puntos más álgidos de la deforestación en resguardos, sus causas y posibles caminos de solución. El Instituto Sinchi cuenta con mapas de coberturas de suelos amazónicos y con información cuantitativa que permite conocer, en tres periodos (2002, 2012, 2020), los cambios que ha habido en las coberturas de bosques, pastizales, herbazales, cultivos y superficies de agua dentro de los resguardos, información que permite analizar las coincidencias de las pérdidas de bosques con el avance del anillo de poblamiento sobre los resguardos. La deforestación en los resguardos de la Amazonia ha ido en aumento en las últimas dos décadas. Entre 2002 y 2020, cerca de 300.000 hectáreas de bosques (1,3% menos que en 2002) han sido arrasadas de los resguardos amazónicos, especialmente en regiones donde la influencia del crecimiento del anillo de poblamiento ha sido mayor como el piedemonte andino, el sur del departamento del Meta y el Guaviare. Las zonas mejor conservadas están hacia el nororiente y el sur.
El diagnóstico incluye mapas e infogramas que soportan el análisis comparado de las distintas subregiones y la identificación de los puntos más críticos para la conservación de los pueblos indígenas y del bosque, al igual que con tablas comparativas de los cambios de coberturas de bosques en los resguardos amazónicos con la identificación de los territorios que mayores pérdidas de bosques han tenido, el aumento de pastizales para ganadería y los cambios en el uso de suelos en resguardos.
El Censo de 2018, la información en tiempo real de la UARIV, y la información reciente sobre coberturas de suelos, generan una oportunidad única de conocer mejor cómo han sido los procesos de poblamiento indígena en la Amazonia, incluidas las migraciones y los asentamientos urbanos recientes, las consecuencias de la guerra y el conflicto armado en la Amazonia para los indígenas (señalando los puntos y periodos más críticos), y cómo han sido afectados los resguardos indígenas durante las dos últimas décadas a raíz del avance del anillo de poblamiento sobre la región y sus efectos sobre la selva, con lo cual se puede obtener un panorama actualizado sobre estas poblaciones clave para el equilibrio socioambiental del bosque y su protección.
La investigación más profunda sobre los fenómenos socioambientales que involucran a los indígenas amazónicos requiere una mirada directa en territorio orientada por los hallazgos documentales del diagnóstico. Existen lugares en situaciones críticas que vale la pena conocer más a fondo para aportar a la solución de las problemáticas de forma conjunta con los indígenas y otras entidades privadas y públicas, por ejemplo en aquellos resguardos donde la deforestación ha avanzado con mayor fuerza, en los nuevos asentamientos de indígenas migrantes, y en zonas donde ha estado más presente el conflicto y cuyas huellas han dejado dolor, desarraigo y pérdida de la tradición, velando por la recuperación de su patrimonio cultural en el marco de la reparación.
Hacia 2022 se proyectó ampliar el diagnóstico a los temas de salud y capacidades físicas de los indígenas, salud propia e intercultural, niveles educativos alcanzados y avances en etnoeducación, acceso a servicios públicos, situación de la minería legal e ilegal y sus consecuencias en los territorios indígenas e indagar por las asignaciones de recursos de transferencias que el Estado designa para los resguardos. Se espera que esto ayude a brindar un panorama más completo y detallado de la situación general de los pueblos indígenas amazónicos y ayude a tomar mejores decisiones a los líderes a quienes les pueda ser útil.
Figura 1. Mapa resguardos indígenas de la Amazonia colombiana