Actualmente la frontera agropecuaria en la Amazonia colombiana ha incorporado cerca de 5.278.607 hectáreas reemplazando ecosistemas boscosos (Siat AC -Sinchi 2021). Las tierras de la Amazonia tienen vocación de uso para lo forestal, sin embargo, más del 90% de la actual frontera agropecuaria es dedicada a la ganadería extensiva, lo cual genera un evidente conflicto de uso del territorio (IGAC, 2014). Según la UPRA, 2021 la Amazonía colombiana tiene una Frontera Agrícola Legal de 2.871.047 ha que corresponden al (7,0 % de la región).

Se Considera que las características del modelo de desarrollo rural actual de la Amazonia, han conducido a la fragmentación de los ecosistemas y amenaza la conservación de la biodiversidad por deforestación, ocupación territorial, ampliación de la frontera agrícola, cultivos con fines ilícitos, macroproyectos, instalación de modelos productivos y de ordenamiento ambientales inadecuados, entre otros aspectos.

La caída en productividad primaria por la degradación ecológica y perdida de los frágiles suelos, y la falta de capital y de tecnologías adecuadas para usar de manera adecuada las tierras de frontera agrícola sostenidamente en el tiempo, a menudo terminan por presionar a los pequeños agricultores a vender sus tierras a otros productores y a terratenientes.

Figura 1. Esquema para la estructuración de fincas sostenibles para paisajes productivos Amazónicos.

El país tiene el reto de armonizar, para la Amazonia, la conservación de los bosques nativos y la generación de ingresos económicos a la población. En este contexto, las intervenciones deberán estar orientadas a promover el desarrollo y fortalecimiento de esquemas de asociatividad, la oferta de bienes públicos rurales (p.e. servicios de extensión y transferencia tecnológica, alianzas productivas para acceso a mercados) e incentivos económicos (i.e. ICR, CIF) que permitan transformar los sistemas productivos actuales hacía unos con enfoque de sostenibilidad ambiental, económica y social.

Por estas razones, el modelo que promueve el Instituto Sinchi (Figiua1) busca la conformación de paisajes productivos sobre la base de la introducción, rescate o apropiación de sistemas sostenibles de producción dentro de una lógica de lectura del paisaje, estrato de intervención y ordenamiento territorial que promuevan la conservación de la biodiversidad y la generación de ingresos de las unidades productivas.

El reto que enfrenta el instituto Sinchi es lograr que el conocimiento científico y la apropiación social del mismo sean la base que soporte las estrategias de lucha contra la deforestación y el cambio climático. El instituto cuenta con el modelo de investigación en Paisajes productivos sostenibles que desarrolla el enfoque agroambiental y los acuerdos de conservación, herramientas probadas en su efectividad para lograr la sostenibilidad de las intervenciones de la Amazonia. También cuenta con la capacidad, el conocimiento y la investigación en alternativas económicas con énfasis en especies forestales y frutales para uso agroforestales y una seria de herramientas de Tipificación de predios y planificación predial, usos del suelo, valoración económica, conectividad y restauración e indicadores de sostenibilidad y de seguimiento a los acuerdos (Ver Moscal Siat AC, 2021) las cuales en un enfoque de paisaje ya han sido validadas con más 2600 productores de la región.

Por lo tanto, uno de los mayores desafíos para la línea de investigación de los paisajes productivos en le próximo PICIA es diseñar una zonificación predial que repercuta a nivel de paisajes de cuenca y región, que permitan incorporar componentes de la biodiversidad, la ecología funcional y el desarrollo para una economía forestal. Disponer y generar la información relevante a la toma de decisiones en cambio climático, deforestación y desarrollo rural es la manera y el mayor reto para ampliar la cobertura y generar sostenibilidad en las áreas de frontera forestal de la región.

Fichas de los resultado investigación científica en el marco del PICIA 2019-2022