Los helechos arborescentes o palmas bobas (familias Cyatheaceae y Dicksoniaceae) son elementos de la biodiversidad, conspicuos en los bosques tropicales, debido en gran parte a su fisionomía, tamaño y frecuencia. En Colombia presentan su mayor diversidad en la región andina. Los helechos arborescentes cumplen funciones ecológicas de gran relevancia, como la producción extra de materia orgánica dadas sus enormes hojas, son indicadores de la calidad de los ecosistemas y muchas veces están asociados a buenos estados de conservación del recurso hidrobiológico; y a su vez, son un elemento con un apreciable valor paisajístico y turístico. Han representado un recurso real y/o potencial para comunidades rurales y urbanas en diferentes países tropicales, debido al uso que se hace tradicionalmente de diversas estructuras extraídas de estas plantas. El uso más frecuente y que genera mayor cantidad de problemas de conservación en estos grupos, es la extracción de su masa de raíces para ser utilizada como sustrato en la siembra de orquídeas, bromelias y cuernos. Finalmente, son un grupo biológico ancestral con amplio potencial de uso que apoye su conservación.
Todo esto, ha generado alertas y vedas ya que muchas especies se encontraban seriamente amenazadas por sobre explotación, fragmentación y destrucción de su hábitat. En tal sentido, desde el año 1977 el Inderena (hoy MADS), así como varias Corporaciones Autónomas Regionales han emitido vedas permanentes para el helecho macho, palma boba o palma de helecho en el territorio nacional o en sus jurisdicciones, así como en la Amazonia.
Por lo anterior, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, realizaron una alianza para consolidar y profundizar en la información científica sobre diversidad, distribución, uso y estado de conservación de los helechos arborescentes en Colombia.
Como resultado, se adelantó la curaduría en los principales herbarios del país, lo cual ha permitido una importante resolución taxonómica que documenta 140 especies; de las cuales, 18 constituyen especies nuevas para la ciencia. Así mismo, el libro presenta los resultados de la categorización de las especies registradas y la documentación de 46 especies con algún grado de amenaza según los criterios de la UICN.
Cada especie amenazada tiene una ficha que incluye: nombre común, distribución geográfica, historia natural, usos e importancia, situación actual, medidas de conservación propuestas, comentarios y material representativo; además presenta una imagen que ilustra caracteres diagnósticos de la especie y un mapa de distribución en el territorio nacional.
Fichas del capítulo III